sábado, 8 de agosto de 2020

Un gato es el alma visible de un hogar

Aún estoy en la búsqueda del sentido de su presencia en mi vida, aquí y ahora. Suelo tomar las decisiones antes de hallarles sentido; más bien lo voy elaborando en el proceso. El gato no fue una excepción. No hay una historia detrás de él, no hay una anécdota altruista, tierna o casual sobre cómo llegó a mi vida; quizá eso nunca me interesó. Simplemente decidí empezar a descubrir una historia, sin saber qué esperar, fue una decisión, plana, sin expectativas, a secas.


En algunos momentos de mi vida me imaginaba escribiendo diferentes cosas, los temas varían según la edad, era sólo imaginación. Pero jamás sospeché que me interesaría escribir sobre gatos. No soy una persona de gatos… Ni de perros… Ni de matas... Ni de nada que implique una responsabilidad superior a mi propia existencia. Pero una vez involucras en tu cotidianidad y en tu intimidad un otro, sencillamente es inevitable pensar sobre tal, cualquier cosa.


Empiezo a sentir una relación más íntima con mi gato. Siento que necesitamos momentos para los dos. Más que un hijo, es un espacio emocional que me brindo cuando estoy con él.


Nunca le ha gustado la cama que le hice, la mira con desdén. A lo mejor, el hecho de que no lo guste, tendrá que ver con la carga emocional que tienen estos objetos… Se la hice con un cojín que tejí hace años, con mis propias manos, un mandala con colores de lana escandalosos y que no combinan en absoluto, en medio de un proceso muy doloroso de búsqueda interna; un cojín que más adelante le sacó provecho solamente una persona, un amigo. Como una forma de reconciliación con la vida, o de reivindicación de la vida conmigo: 


-Ok, has tenido que comer bastante bodrio emocional recientemente. Lo que viene no va a ser fácil, pero te voy a poner en el camino buenos amigos. 


El cojín está forrado con un trapo que le puse a modo de cobija, una camisa, blusón, vestido, una prenda muy grande, de una talla muy grande, azul oscuro con estrellas blancas pequeñas, y, aleatoriamente pegadas, unas lentejuelas, pocas, unas 10 en toda la prenda, de un color blanco perlado. Yo amaba la blusa, porque era de lo más lindo y cómodo a la vez que yo podía ponerme en ese entonces, por mi talla. Suelo recordar que siempre me percibí más pequeña de lo que se veía desde afuera, desde los ojos de otro, una foto o el espejo. Era una prenda muy significativa, pero es algo que ya no puedo ponerme -porque dejé de sentirme cómoda con ella-; así que, qué mejor que el animal se arropara con esa blusa embebida de historias íntimas. Al parecer, el lindo gatito aún está muy pequeño e inocente para poder lidiar con toda esa energía y emoción acumulada.


Es inevitable que conquiste todos mis espacios, de eso se trata esta relación tan particular. No es un amor romántico, ni maternal, tampoco es una amistad; es más bien un reflejo del lugar que me rodea. Es como tener una relación con un objeto que te puede hablar de la realidad, al cual debes alimentar, a veces proteger, y siempre adorar.


Me he encontrado muchas veces en él, en su comportamiento, altivo, al acecho, absolutamente vulnerable, intensamente dependiente cuando lo decide, agazapado... Me encuentro en él cuando nos damos el placer de salir al balcón a chillarle a la noche.


A veces se sienta cerca, dándome la espalda; como diciéndome “no quiero nada contigo ahora, sólo necesito saber que existes, por si acaso”. Un comportamiento usual en los días más oscuros.


Ahora entiendo las razones de esa asociación mítica de los gatos con las brujas. No es una relación como la del hombre con su perro, de incondicionalidad y abnegación del animal hacia el amo. La relación bruja-gato es un contrato, un acuerdo entre partes, con objetivos concretos y tiempo límite; una sociedad de usufructo mutuo, equitativo y atendiendo las necesidades de cada quien, mientras cada uno hace su magia y tiene su mística. Una sociedad que se mantiene hoy.


Estar con el gato -especialmente cuando nos miramos fijo, por un tiempo-, es recordar un poco la paradoja de la soledad. Ese estado con el que te puedes llegar a sentir en paz, plenitud e independencia; pero también te puede llevar a las desesperaciones más absurdas e intimidantes, donde rebuscas entre tu desorden algo que te permita aferrarte, sin saber a qué ni para qué.


Es cierto que el gato poco a poco va convirtiéndose en el alma visible del hogar, decía Jean Cocteau, seguramente es porque va personificando un reflejo de todo lo que eres en tu espacio más íntimo.



Día del gato.



miércoles, 3 de junio de 2020

PALABRAS PARA ABRAZAR LA PATERNIDAD

Hay infinitas formas de ser padre. Hoy pienso en la cantidad de hombres que la vida ha puesto en mi camino para enseñarme sobre la delicadeza, la ternura, la nobleza, la sensibilidad. He conocido padres de todas las formas, tamaños y colores. Me he encontrado con hombres que desafían los estereotipos sociales de la paternidad, sin proponérselo, sólo por permitirse fluir desde el amor; padres que se han tomado en serio la titánica tarea de enseñar, de formar y de creer en sus hijas e hijos, y en ellos mismos. Hombres incomparables entre sí, porque han traído lo mejor y lo peor de sus infancias para ponerlos al servicio de un ser que, seguramente, será el reflejo de todas esas intenciones.

Sueño con un mundo lleno de padres como ellos, como él. El que abraza, el que acompaña, el que defiende, el que dice más con sus hechos que con sus palabras, el que se muestra coherente, el que enseña pasión, generosidad, transparencia y lealtad, el que llora, el que se conmueve, el que cuestiona, el que lee, el que escribe, el que escucha, el que comprende, el que es curioso; el que nunca deja de ser niño sólo para enseñarte la importancia de la inocencia, de la flexibilidad, de la vulnerabilidad; el que no se resigna y persigue sus sueños, porque sabe que es la única manera de que aprendas a perseguir los tuyos, y le brillan los ojos cuando te ve conquistar tus logros; el que te muestra que es posible volar y te impulsa a hacerlo.

Me lleno de emoción y admiración por aquellas personas adultas que gozamos la dicha de tener este tipo de padres, y más aún, por las pequeñas personitas que empiezan a disfrutarlos. Es un honor y una esperanza infinita saber que la paternidad puede transformar una sociedad y hacer mejores personas, las conozco, soy testigo de ellas.

Sé que es una obligación asumir una paternidad responsable, amorosa y activa, y así mismo, considero fundamental homenajear a quienes se dejan la piel en el complejo experimento de formar un ser humano, no hay una fórmula secreta, ni padres perfectos, pero aplaudo y agradezco las formas de ser padres de ustedes: los León, los Osma, los Balaguera y tantos otros más que le apuestan a crecer en dirección del amor por medio de la paternidad, que se resisten al mito del padre autoritario e impositivo, y que no paran de aprender que la ternura, la empatía y el respeto enseñan mucho más.


Memorias de la infancia. Álbum familiar.


domingo, 24 de mayo de 2020

EL CUERPO Y EL TIEMPO

Si eres gorda, si tienes sobrepeso, vas a sufrir. Te vas a enfermar…Te vas a morir…

Es la premisa que me ha acompañado desde que tengo memoria. Me sigue acompañando hasta ahora.

La sociedad me ha enseñado a cuidar mi cuerpo a partir del miedo a la enfermedad y a la muerte. Pero es la paradoja más absurda que encuentro en la configuración de mi identidad. Como si los cuerpos delgados y tonificados fueran a ser premiados con la inmortalidad. ¿Quién quiere ser inmortal?

Yo no. Es más, no me gusta pensar en la idea de envejecer, pero no por permanecer inmortalmente joven, sino por el prejuicio de que el cuerpo pierde funcionalidad y la mente se cierra.

Pero desde ya estamos cerrados a la idea del cuerpo como el objeto que nos otorga validez social, un lugar. Siendo que el lugar ya nos fue dado desde que vemos la luz al nacer.

El cuerpo se cuida porque se ama y se respeta.

No he amado y respetado mi cuerpo por muchos años, a pesar de que lo he cuidado. 

Sin duda, la muerte de mi papá me ha enseñado incluso más de lo que me ha enseñado su vida (y eso es muchísimo). Murió en un momento de absoluta conexión con su cuerpo. Murió amándolo, dándole algo de lo que más amaba hacer, algo que lo hacía realmente feliz y libre.

“La genética y la contextura no ayudan”... Como si tuviéramos que luchar contra nuestra propia naturaleza para estar bien. ¿Acaso estar bien significa encajar en un molde?

Hace varios meses inicié un viaje que me ha permitido descubrir la belleza y la sensualidad en mi cuerpo, flácido, ancho; en mi piel, marcada por el tiempo, la dermatitis y el arte; en mis rollos, que vienen y van a su antojo, y a mis antojos; en mis pliegues y en mis colores; en mis infinitos lunares y en los vellos que siempre encuentran un lugar; en las hebras de mi cabello, que cada vez van perdiendo fuerza y vitalidad; en mis bolsas y ojeras, que se hacen más profundas… En verme, hablarme, cantarme, bailarme, cogerme y admirarme frente al espejo; unos días más que otros, claro. Porque en cada parte de mi cuerpo y de mi vida hay una historia, y allí encuentro el funcionamiento perfecto del universo; el caos y el orden.





sábado, 5 de agosto de 2017

AUTOBIOGRAFÍA DEL CONFLICTO

Por: Vanessa Juliana León Osma


Soy hijo del caos y de la quietud,
nací antes que todo, que la infinitud,
nacer y morir es mi virtud,
y aunque no creas, me debes gratitud.

He estado en tu vida más veces de las que puedes recordar,
sin cuerpo, memoria, ni tiempo va mi trasegar,
me verás cambiar de forma, cuerpo y lugar,
y lejos de tu vida, nunca voy a estar.

Los seres humanos, ingratos me aíslan,
me transforman, me ocultan, me evocan, me incitan,
me exaltan, me seducen, me niegan, me olvidan,
me anulan, me quiebran, me reducen, me estiran,
me sufren, me odian, me llaman, me evitan,
me despiertan, me atacan, me defienden, me quitan,
me dominan, me alimentan, me negocian, me agitan,
me utilizan, me justifican, me narran, me cuidan.

El género humano ha sido muy hábil conmigo,
me han doblegado, los he sometido,
tienen poder sobre mí, y por poder me irrigo,
repiten errores y con ellos me abrigo,
han debido ser creativos, para tenerme como amigo,
y actuando diferente mucho menos hostigo.

El pájaro, Fernando Botero. Foto: Astronema


Puedo ser invisible, minúsculo, dócil, latente,
leve, efímero, impetuoso y ardiente,
puedo ser confuso, negativo, oscuro y vehemente,
borroso, vago, rígido o efervescente,
puedo ser imperturbable, denso, turbio, intransigente,
complejo, impasible, eterno e inclemente,
puedo ser grande, duro, feroz y diciente,
violento, disfuncional, insostenible o cadente,
puedo ser, impetuoso, desordenado y ferviente,
maleable, arisco, rebelde y potente,
puedo ser como sea, pero en el mundo estaré presente.

Jamás olvidarás de mí, que represento progreso,
oportunidad, cambio, y diversidad atravieso,
soy natural, positivo, imperfección profeso,
necesidad y divergencia, del desencuentro un travieso.

Encarno la distancia entre dos,
emerjo de la distorsión en la comunicación,
mis aliados son la agresión y la negación,
y mientras aprendas desesperanza aquí estaré yo.

Pero si en cambio a mi cuerpo quieres combatir,
existen armas a las que no me puedo resistir,
son complejas y requieren persistencia,
creatividad, audacia y mucha paciencia.

El pueblo sale a la calle. Foto: Astronema.


La necesidad y el interés debes identificar,
y que cada quien entienda que cualquiera puede estar en su lugar,
es el don de la empatía de la cual hablo,
pensar en el otro para alcanzar el cambio.

De otros dones para mediar debes disponer,
y no importa si eres hombre o mujer,
no te preocupes si algo te ha de faltar,
pues estas habilidades se pueden entrenar.

De observación y crítica te debes embeber,
para mediar en un aprieto donde no tienes nada que ver,
diligencia, veracidad y capacidad de conceder,
diplomacia y ecuanimidad deberás sostener.

La mediación es un ejercicio de reflexión,
trabajo en equipo y potenciar la comunicación,
también imperiosa es la autorregulación,
pues como conflicto siempre me atrinchero en la emoción.

El arousal de las partes debes en cuenta tener,
para que cualquier exaltación sea posible preveer,
ante esto, la neutralidad debes siempre mantener,
y así el proceso no se eche a perder.

El modelo que elijas puede ser lineal o transformativo,
aunque el que más me gusta es el circular narrativo,
pero no te apresures, es un momento decisivo,
porque siempre depende de cual sea el objetivo.

En el compromiso de las partes has de insistir,
y paulatinamente el poder distribuir,
muy entrenado en este arte debes estar,
para invitar al otro a decidir y actuar.

Si la cosa transcurriera como dice la teoría,
algún acuerdo de seguro se lograría,
y contento a su casa todo el mundo se iría,
aunque a veces eso resulte una mera fantasía.

¿De qué me hablas viejo? Foto: Astronema.


Respira profundo cuando estés perdiendo el juicio,
y concéntrate siempre en hacer bien el ejercicio,
más adelante tus colegas verán tu voluntad de servicio,
porque para muchos de ellos, mediar es un suplicio.

Para la negociación el camino no es muy diferente,
aunque en este caso, no involucra tanta gente,
solo tú y el que tienes al frente,
que debe estar dispuesto a dirimir el inconveniente.

Como bien lo dije, los dos deben tener voluntad,
y hacer de la justicia su principio y realidad,
a veces es inútil indagar por la verdad,
y más bien mirar al otro con los ojos de bondad.

Deberán reconocer que los dos se necesitan,
si deciden negociar, ya no habrá por qué compitan,
a ganar-ganar es a lo que este arma invita,
y en buscar la solución siempre por favor insistan.

El ego y el orgullo deben dejar a un lado,
para que este desarrollo no se quede congelado,
y encuentra un gusto en común, que parezca muy marcado,
para que a tu contrincante lo conviertas en un posible aliado,
aunque también lo diferente, han de dejar plasmado,
acordar asertivamente, dejará al otro desarmado.

Aquí te digo cualidades de un buen negociador,
hábil, entusiasta, sociable y observador,
respetuoso, firme, meticuloso y colaborador,
paciente, creativo, seguro y hábil comunicador,
honesto, persuasivo y seguramente, buen actor.

Esta herramienta es una oportunidad de acordar,
tampoco es tan difícil si se pueden respetar,
el éxito se mide cuando ambos pueden ganar,
y sería maravilloso si lo enseñaran desde prescolar.

Para tener éxito en lo que te propones,
me permito hacerte unas recomendaciones,
el objetivo siempre es urgente que controles,
sé práctico y preciso, sin lugar a errores,
apunta al vacilante ¡que decida, sin temblores!
decir “probemos esto” puede generar pavores,
a la oposición no te opongas, aunque hay muchos detractores,
mas bien que el susodicho te proponga y te de opciones,
utiliza bien los silencios, suelen ser muy sumadores,
el lenguaje siempre va expresado en emociones,
y en vez de hipotetizar, darle paso a las acciones.

Para cerrar digo que mediar o negociar en el conflicto,
debería ser una obligación de cumplimiento estricto,
pues así de un problema podrías salir invicto,
y aquí termina mi versar, que me estoy poniendo adicto.

La gorda es feminista. Foto: Astronema.

sábado, 18 de marzo de 2017

ACCIONES AFIRMATIVAS PARA UNA PAZ IMPERFECTA. La experiencia de los sobrevivientes del conflicto armado colombiano. Por: Vanessa Juliana León Osma


Pensar en Colombia como un territorio promisorio para la paz, dada la coyuntura social que vivimos en torno a la implementación del Acuerdo para la terminación del conflicto, implica reflexionar sobre las múltiples aristas que la sociedad debe abordar para la consecución del anhelado sueño de la paz.

La terminación de un conflicto armado largo y sangriento con la guerrilla más longeva del continente, más que certezas, nos deja incertidumbres, puertas y ventanas abiertas para la exploración, y nuevamente, para la búsqueda implacable de la paz. Muy seguramente esta situación llama la atención de otras naciones, de organizaciones internacionales, de los medios de comunicación de nuestro país, de los organismos del Estado y del grueso de los ciudadanos; el proceso de negociación ha sido visible, importante y un reto en materia de gobernabilidad. Sin embargo, es necesario considerar que la paz no es responsabilidad de los organismos más complejos de la sociedad, sino que es un compromiso que los ciudadanos adquirimos con nosotros mismos, con nuestras familias, con nuestras comunidades y con nuestro país. Es decir, la tranquilidad de toda una sociedad no reposa en la decisiones de las fuerzas armadas contrapuestas, ni el fin del fuego cruzado en los campos; sino de la disposición de cada uno de los miembros de la sociedad a construir una cultura de paz.

Esto quiere decir que más allá de la ausencia de guerra (paz negativa), o del sueño paradisíaco y utópico de la perfección (paz positiva); “la paz es un fenómeno real que permea la cotidianidad, que somos capaces de hacerla, ejecutarla y disfrutarla” (Muñoz, 2001), donde cada uno de nosotros aportamos desde los significados que entretejemos en nuestras relaciones y con nuestro contexto.

En este escrito quisiera analizar algunas acciones de resistencia de las personas que han sobrevivido al conflicto, desarrolladas ya sea en los contextos donde se asentaron, o en sus territorios de origen; a la luz de la teoría de la paz imperfecta propuesta por Francisco Muñoz, donde es posible entender y asumir la paz como un proceso inacabado y dinámico. Para poder tener algunos ejemplos de cómo es posible asumir los conflictos de maneras pacíficas, donde los significados se convierten en el pilar de una transformación social que aspira al bienestar sin perder de vista la crítica y la reflexión.

Pueblos que no se doblegan
El municipio de Granada, Antioquia, ha sido uno de los escenarios más duramente golpeados por el enfrentamiento de todos los actores armados del conflicto, que no sucumbió gracias a la capacidad de su comunidad y sus instituciones. El conflicto significó para ellos la necesidad de identificar recursos comunitarios que les permitieran sobrevivir, como el establecimiento de sótanos comunes que funcionaran como trincheras cuando se producían hostigamientos, allí se cuidaban entre todos, desarrollando una mayor cohesión y cooperación; además, cuando había tranquilidad, buscaban espacios de encuentro y diálogo para sentirse acompañados, y en ese proceso tratar de asimilar y sanar el dolor de los sucesos violentos (Centro Nacional de Memoria Histórica, 2016).
Empezaron a legitimar encuentros como “lunadas” en lugares comunes, como una manera de resistir y recuperar los espacios tomados por los actores armados, de recuperar la confianza en sus propios territorios. De no ser por actos como los que ejecutaban los pobladores de Granada, éste y muchos otros pueblos del país estarían carcomidos por el terror y la desconfianza, con un tejido social desmoronado, así que el ejercicio de la resistencia cobra aquí un sentido enorme a la hora de construir paz.
Caso similar se da en el municipio de San Carlos, Antioquia, donde la comunidad se dio mañas de hacerle el quite a la guerra, creando cambuches y movilizándose hacia lugares donde no llegaran las balas. Y aunque muchos de sus habitantes se desplazaron de su terruño, buscando una mejoría en su calidad de vida, varias personas se mantuvieron en el pueblo y empezaron a generar estrategias para recuperar la confianza y promover el retorno de sus paisanos; una de ellas, son las fiestas del retorno de San Carlos, donde se movilizan los sancarlitanos por unos días hacia su pueblo y además de festejar, se sentaban a conversar sobre las posibilidades de un retorno seguro (Centro Nacional de Memoria Histórica).
Imagen de portada del informe de CNMH. http://www.centrodememoriahistorica.gov.co/informes/informes-2016/granada

Fueron los habitantes de municipio quienes gestaron la “alianza del retorno Medellín-San Carlos”, donde se pensaron estrategias que promovieron la pertenencia y las ganas de regresar al pueblo después de la guerra, de aquellas personas que habían desplazado hacia Medellín. Aquí se da un proceso muy importante en torno al arraigo, el hecho de retomar los lugares donde han sucedido actos violentos para transformar el significado de ese territorio, re apropiándolo.

Mujer, memoria y resistencia
Indudablemente la mujer ha sido el rostro del conflicto colombiano, y quienes han tenido que lidiar con el dolor de las consecuencias de los horrorosos actos de los armados, y al ser el grueso de los sobrevivientes, cargan con la historia y el recuerdo de lo sucedido en los rincones del país donde no hubo Estado.

La memoria hace parte de las prácticas indispensables para pensar en una cultura de paz, sin ella es impensable la justicia, la reparación y la no repetición de los hechos violentos. Es conocido el proceso que han desarrollado grupos de mujeres, como las tejedoras de Mampuján, donde por medio del arte y el tejido han encontrado una forma de lidiar con el dolor, perdonar y buscar la reconciliación; y que no solamente buscan reparación a nivel individual o colectivo, sino que proponen una respuesta pacífica al conflicto del cual han sido víctimas, y aquí encontramos una primera manifestación de esa paz imperfecta, donde se produce una resignificación de la experiencia dolorosa y se transforma en resiliencia, en perdón y en nuevas perspectivas para leer su contexto y promover acciones pacíficas en la sociedad.
Mujeres tejedoras de Mampuján con colcha que representa una de las tomas por parte de actores armados a su municipio.https://www.youtube.com/watch?v=kTsgFkVz0FI

Las mujeres de la Candelaria, un colectivo de mujeres oriundas de diferentes regiones del país, desplazadas por el conflicto armado, cuyos familiares han sido desaparecidos por los diversos actores armados; manifiestan otro tipo de posibilidades ante el conflicto, donde en el encuentro y el cruce de sus historias de vida, tienen la posibilidad de reconstruir ese pasado doloroso, manteniendo una memoria viva por medio de un “bosque de la resiliencia”, donde no solamente recuerdan a sus seres queridos sino que resisten a la realidad inacabada de la desaparición forzosa, resisten al olvido, continúan buscando a sus familiares y los simbolizan en ese bosque. Como mencionaba previamente, estos colectivos no solamente son una herramienta de apoyo para sus integrantes, sino que se convierten en un mecanismo de participación política, que empodera a las mujeres y las convierte en ciudadanas activas, que además se empapan de conocimiento que promueve acciones pacíficas, movilización social crítica y consciente, y una problematización de la realidad en procura de su transformación.

Las mujeres Nasa y Misak –pueblos indígenas que habitan el departamento del Cauca principalmente-, han movilizado procesos al interior de sus tribus y son ejemplo de organización y empoderamiento para el país. Ellas, a partir de las duras experiencias que han vivido en función del conflicto armado, han encontrado dispositivos dentro de su cultura para mantener viva la memoria y la resistencia. La memoria, por medio del tejido de colchas, chumbes y otros tejidos, que garantizan la pervivencia cultural y el no olvido del dolor que ha traído el conflicto a sus resguardos. Y la resistencia, por medio de la gesta de mingas interculturales cargadas de sentidos simbólicos y con el clamor latente de que se acabe la violencia hacia la mujer y de que se acabe la guerra.


En estos ejemplos encontramos acciones afirmativas de paz, que no solamente resisten a la guerra y a la violencia, sino que aportan a una cultura de paz, mediante la construcción y el ejercicio de dispositivos sociales y patrimoniales, de manera que no son medidas paliativas o pasajeras, sino artefactos que se fijan en la cultura, que se convierten en discursos poderosos, que permean diferentes generaciones y diferentes territorios donde el mensaje es claro: que la paz es un estilo de vida, que no es algo impuesto, que surge en medio del diálogo, que tiene en cuenta las voces silenciadas, la diversidad, que no existe sin justicia y sin verdad, que es un acto de corresponsabilidad y de compromiso. Y así lo manifiesta una mujer sobreviviente del municipio de San Carlos: “TENGO DERECHO A LLORAR MIS MUERTOS, PERO TENGO EL DEBER DE LEVANTARME A VER QUÉ HAGO POR LOS QUE ESTÁN VIVOS”.

Referencias
Muñoz, F (2001) La paz imperfecta ante un universo en conflicto. Disponible en http://www.ugr.es/~eirene/eirene/Imperfecta.pdf
Centro Nacional de Memoria Histórica (2016). Granada: memorias de guerra, resistencia y reconstrucción. Bogotá: CNMH

Aquí algunos otros links de interés:
Sobre las mujeres y la resistencia: https://www.youtube.com/watch?v=VBkOGmE4Bgc
San Carlos, memorias del éxodo de la guerra. https://www.youtube.com/watch?v=RbfemV7_UbU

Un gato es el alma visible de un hogar

Aún estoy en la búsqueda del sentido de su presencia en mi vida, aquí y ahora. Suelo tomar las decisiones antes de hallarles sentido; más bi...