Por: Vanessa Juliana León Osma
Soy hijo del caos y de la quietud,
nací antes que todo, que la infinitud,
nacer y morir es mi virtud,
y aunque no creas, me debes gratitud.
He estado en tu vida más veces de las que
puedes recordar,
sin cuerpo, memoria, ni tiempo va mi
trasegar,
me verás cambiar de forma, cuerpo y lugar,
y lejos de tu vida, nunca voy a estar.
Los seres humanos, ingratos me aíslan,
me transforman, me ocultan, me evocan, me
incitan,
me exaltan, me seducen, me niegan, me
olvidan,
me anulan, me quiebran, me reducen, me
estiran,
me sufren, me odian, me llaman, me evitan,
me despiertan, me atacan, me defienden, me
quitan,
me dominan, me alimentan, me negocian, me
agitan,
me utilizan, me justifican, me narran, me
cuidan.
El género humano ha sido muy hábil conmigo,
me han doblegado, los he sometido,
tienen poder sobre mí, y por poder me irrigo,
repiten errores y con ellos me abrigo,
han debido ser creativos, para tenerme como
amigo,
y actuando diferente mucho menos hostigo.
Puedo ser invisible, minúsculo, dócil, latente,
leve, efímero, impetuoso y ardiente,
puedo ser confuso, negativo, oscuro y
vehemente,
borroso, vago, rígido o efervescente,
puedo ser imperturbable, denso, turbio,
intransigente,
complejo, impasible, eterno e inclemente,
puedo ser grande, duro, feroz y diciente,
violento, disfuncional, insostenible o
cadente,
puedo ser, impetuoso, desordenado y ferviente,
maleable, arisco, rebelde y potente,
puedo ser como sea, pero en el mundo estaré
presente.
Jamás olvidarás de mí, que represento
progreso,
oportunidad, cambio, y diversidad atravieso,
soy natural, positivo, imperfección profeso,
necesidad y divergencia, del desencuentro un
travieso.
Encarno la distancia entre dos,
emerjo de la distorsión en la comunicación,
mis aliados son la agresión y la negación,
y mientras aprendas desesperanza aquí estaré
yo.
Pero si en cambio a mi cuerpo quieres
combatir,
existen armas a las que no me puedo resistir,
son complejas y requieren persistencia,
creatividad, audacia y mucha paciencia.
La necesidad y el interés debes identificar,
y que cada quien entienda que cualquiera
puede estar en su lugar,
es el don de la empatía de la cual hablo,
pensar en el otro para alcanzar el cambio.
De otros dones para mediar debes disponer,
y no importa si eres hombre o mujer,
no te preocupes si algo te ha de faltar,
pues estas habilidades se pueden entrenar.
De observación y crítica te debes embeber,
para mediar en un aprieto donde no tienes
nada que ver,
diligencia, veracidad y capacidad de
conceder,
diplomacia y ecuanimidad deberás sostener.
La mediación es un ejercicio de reflexión,
trabajo en equipo y potenciar la
comunicación,
también imperiosa es la autorregulación,
pues como conflicto siempre me atrinchero en
la emoción.
El arousal de las partes debes en cuenta
tener,
para que cualquier exaltación sea posible
preveer,
ante esto, la neutralidad debes siempre mantener,
y así el proceso no se eche a perder.
El modelo que elijas puede ser lineal o
transformativo,
aunque el que más me gusta es el circular
narrativo,
pero no te apresures, es un momento decisivo,
porque siempre depende de cual sea el objetivo.
En el compromiso de las partes has de
insistir,
y paulatinamente el poder distribuir,
muy entrenado en este arte debes estar,
para invitar al otro a decidir y actuar.
Si la cosa transcurriera como dice la teoría,
algún acuerdo de seguro se lograría,
y contento a su casa todo el mundo se iría,
aunque a veces eso resulte una mera fantasía.
Respira profundo cuando estés perdiendo el
juicio,
y concéntrate siempre en hacer bien el
ejercicio,
más adelante tus colegas verán tu voluntad de
servicio,
porque para muchos de ellos, mediar es un
suplicio.
Para la negociación el camino no es muy
diferente,
aunque en este caso, no involucra tanta gente,
solo tú y el que tienes al frente,
que debe estar dispuesto a dirimir el
inconveniente.
Como bien lo dije, los dos deben tener
voluntad,
y hacer de la justicia su principio y
realidad,
a veces es inútil indagar por la verdad,
y más bien mirar al otro con los ojos de
bondad.
Deberán reconocer que los dos se necesitan,
si deciden negociar, ya no habrá por qué
compitan,
a ganar-ganar es a lo que este arma invita,
y en buscar la solución siempre por favor
insistan.
El ego y el orgullo deben dejar a un lado,
para que este desarrollo no se quede
congelado,
y encuentra un gusto en común, que parezca
muy marcado,
para que a tu contrincante lo conviertas en un
posible aliado,
aunque también lo diferente, han de dejar
plasmado,
acordar asertivamente, dejará al otro
desarmado.
Aquí te digo cualidades de un buen
negociador,
hábil, entusiasta, sociable y observador,
respetuoso, firme, meticuloso y colaborador,
paciente, creativo, seguro y hábil
comunicador,
honesto, persuasivo y seguramente, buen
actor.
Esta herramienta es una oportunidad de
acordar,
tampoco es tan difícil si se pueden respetar,
el éxito se mide cuando ambos pueden ganar,
y sería maravilloso si lo enseñaran desde
prescolar.
Para tener éxito en lo que te propones,
me permito hacerte unas recomendaciones,
el objetivo siempre es urgente que controles,
sé práctico y preciso, sin lugar a errores,
apunta al vacilante ¡que decida, sin
temblores!
decir “probemos esto” puede generar pavores,
a la oposición no te opongas, aunque hay
muchos detractores,
mas bien que el susodicho te proponga y te de
opciones,
utiliza bien los silencios, suelen ser muy
sumadores,
el lenguaje siempre va expresado en emociones,
y en vez de hipotetizar, darle paso a las
acciones.
Para cerrar digo que mediar o negociar en el
conflicto,
debería ser una obligación de cumplimiento
estricto,
pues así de un problema podrías salir invicto,
y aquí termina mi versar, que me estoy
poniendo adicto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario